De donde procede la arquitectura

De donde procede la arquitectura

Del arquetipo a las nuevas transformaciones

Le Corbusier, en la búsqueda de los orígenes arquitectónicos, describe:

El hombre primitivo escoge su lugar, un claro, abate árboles, allana el terreno, abre un camino con un río y otro con gente, hunde estacas, rodea con una empalizada, abre una puerta que lleva a una camino lo más rectilíneo posible, etc.

En resumen, establece tres puntos: 1. Protección y aislamiento. 2. Comunicación con el exterior. 3. Vivienda y construcción de nuevos usos.

Sin embargo, en función del origen, los elementos arquetípicos varían: desde la sala hipóstila persa (un oasis en medio del desierto), hasta el bosque misterioso nórdico. Por ejemplo, la arquitectura egipcia, basada en la excavación, propone un único eje de entrada desde el Nilo a los templos. Es una representación simbólica: la luz se va perdiendo hasta que te adentras en el interior del edificio, perdiendo la orientación y la noción de espacio. Es un viaje de interiorización espiritual. En contraposición con este sistema, la cultura griega, se fundamenta en el bosque. Es una superposición de elementos que se sitúan en la partes más elevadas para recorrer un camino hacia el cielo, hacia los dioses.

De este modo, el lenguaje arquitectónico va construyendo diferentes sistemas. El recorrido histórico de la basílica desde la época romana hasta el Renacimiento es un claro ejemplo, modificando la función e implantación de sus elementos compositivos o constructivos, pero manteniendo siempre la misma espiritualidad.

Con este mismo espíritu evocador podemos ver ejemplos más actuales como el cementerio de G. Asplund en Estocolmo (patrimonio de la humanidad), demostrando que la fuerza espiritual es continua a lo largo del tiempo.

Si queremos ofrecer una interpretación tipológica al fenómeno de la ciudad contemporánea, donde las atipicidades son tan frecuentes como las constantes, debemos encontrar un nexo entre los edificios que no representan constantes fuertes y los que, poseyéndolas, pueden ser clasificados en tipos.

Los edificios atípicos pueden ser explicados como variaciones de tipos socialmente aceptados que constituyen sus referentes. Estas variaciones conforman un cambio de producción de nuevos tipos arquitectónicos, ya que presentan nuevas disposiciones que son sometidas a la adaptación general.

Sucesivas transformaciones de esta especie terminan por generar una nueva concepción espacial estable, ahora si, tipológica, y de cierta permanencia en el tiempo. Siendo parte de una secuencia temporal y referencial. Podemos decir que mientras el tipo representa las constantes a través de un período determinado, los ejemplos atípicos o transformaciones encarnan la posibilidad de cambio impulsado por variaciones en los hábitos de vida y en las condiciones sociales.

Las transformaciones son el medio de generación de nuevos tipos, una respuesta de la arquitectura a la voluntad de cambio. Cambio que debemos expresar desde el conocimiento y no desde la pura imaginación especulativa.